Invictus

Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses si existen por mi alma invicta.
Caído en las garras de la circunstancia
no me he estremecido ni llorado en voz alta.
Bajo el vapuleo del azar, mi cabeza está ensangrentada,
más no inclinada.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años me encuentra,
y me encontrará, sin miedo.
No importa cuán estrecho sea el camino,
cuán cargada de castigo la sentencia.
Soy el amo de mi destino,
Soy el capitán de mi alma.

lunes, 15 de marzo de 2010

Somos Cuatro (2º parte)

Bueno, aquí os dejo un poco más de esta "gran" (ironía) aventura.

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—La casa de Victoria, como sabes, es una mansión. Tiene unos cuantos guardias distribuidos por los alrededores. Están exactamente…

No pude continuar ya que la puerta se volvió a abrir y Jaky y Clary la traspasaron.

Jaky me miró y sonrió:

—Amor, nos has convencido.

—Así me gusta, pendejo mío.

Se sentaron también en la cama y Di comenzó a quejarse.

—Estáis invadiendo mi espacio vital.

—Lo que tú digas, mi vida—dijo Jaky acerándose más a ella.

—Jaky… no quiero ser mal pensada pero si necesitáis intimidad… Clary y yo podemos irnos…

—¿Quieres que saque mi látigo y os parta la cara con el a los tres?

—Eh, oye que yo no he hecho nada… —se quejó Clary— Que si os queréis no soy quien para intervenir…

Diana se levantó de la cama:

—Vale, ya estoy harta. Vamos a hablar sobre el atraco en la mesa del salón.

Los demás reímos y Jaky se quejó:

—Ala, no…

—¡Fuera he dicho!

Salimos de su habitación entre risas y nos dispusimos a sentarnos en las sillas:

-Tú—señaló a Jaky con el dedo—, aléjate de mí.

—Joder…

—Puedes ponerte con nosotras, sapito—ofreció Clary.

—Sí, ponte con nosotras, no te pegaremos.

Nos pasó un brazo a cada una por los hombros y sonrió:

—Gracias, chicas. Me siento halagado.

—Lo que hay que ver… —suspiró Di.

—Oye—interrumpí yo poniéndome de pie— se que nos queremos enormemente todos…

—Habla por ti—me cortó Diana.

—… pero íbamos a hablar sobre un atraco que, por cierto, me encanta.

Sonreí con malicia.

—Cuidado que va… —dijo Clary recostándose en la silla.

—Mira bonita, te metes un palo por el culo y te das vueltas muy despacito.

—Gracias por lo de bonita, gilipollas.

—Cabrona.

—Idiota.

—Corta mental.

—Hija de tu madre.

—No, si te parece de la tuya.

—Mirar, sois las dos idiotas y punto—sentenció Di—. ¿Podemos ir ya a lo nuestro?

—Como quieras—comentó Clary.

—A ver—saqué unas hojas de uno de los bolsillos de mi pantalón de pijama y lo expuse sobre la mesa—, estos son los planos de la casa.

—¿Cómo los has conseguido?—se interesó Jaky.

—No quieras saberlo.

No había sido fácil, no.

—Con tal de que hayas sido discreta…

—Confía en mí, pendejo mío.

—En ti siempre, mi amor.

—En fin, como iba diciendo, he marcado en el mapa con puntos verdes el lugar de los guardias, en rojo las 3 habitaciones con rayos X, en amarillo los conductos de ventilación y las puertas y, finalmente, con azul la habitación en cuestión.

—¡Joder, parece un tablero de parchís!—exclamó Di.

—Bueno, me lo he currado mucho—alardeé—. Para llegar a la habitación hay que cruzar las habitaciones rojas y muchos puntos verdes. Para las habitaciones, tenemos obligatoriamente que cruzar unos rayos X, después de cruzar estos se encuentra una habitación de ordenadores en la cual Jaky puede desconectar los otros rayos X de la habitación contigua. En cuanto a los puntos verdes, bueno, de eso nos podemos encargar las tías.

—Por fin algo que me va—sonrió Clary.

–Vale –continué con mi explicación –, pero sólo entraremos al edificio Di y yo…

–Jodo, vaya mierda—se quejó de nuevo.

–… y, mientras estemos dentro, tú te cargas a los de la parte de detrás y Jaky se cuela en la base de datos de los ordenadores para desconectar los segundos rayos X.

–Esto me gusta mucho, mucho. Al parecer estamos juntos, sapito—chocó los cinco con Jaky.

–Me alegro mucho, princesa

–Di y yo llevaremos, además de nuestras respectivas armas, la PDA para que Di te mande los datos necesarios para desconectar los ordenadores, Jaky. Y también llevaremos unas mochilas específicas para guardar lo que robemos; que, por cierto, será en metálico y en diamantes.

—¿Cuánto?—quiso saber Di.

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Ahora, a esperar...

4 comentarios:

Rhynor dijo...

ola
no saben cuanto las extraño
el cuento zta chido :( pero no tengo tiempo para leer mas
te kiero mil
dew tal vez ponga algo en mi blog :(

Kirtashalina dijo...

ALBI: ya me lo e leido! y la continuacion tab!

JAKYYYYYY: jaakkyy te qereemoss un montonnnnnnnnnnn vuelveeeeee¡¡¡ cuando puedas )
Segimos contigo!!!
ESTAMOS CONTIGOOO JAAKEE

Anónimo dijo...

eiii Romero sta mu bn!!! Jaky!! cuanto hace k no habalamos??? tus pendejas te exan de menos!! en fin, esto esta genial romero, ja pero io me eleido lo k sigue.,... mas te vale continuar k sino....

Palabras en la noche dijo...

jaja y una mierda
no dijiste k en un año nada??? pues asi va a ser: en un año na